El serbio Djokovic
y el español Nadal , números dos y uno
del mundo respectivamente, han ofrecido la final masculina individual Masters 1000 de
Miami, un espectáculo
vibrante, emocionante e inolvidable de buen tenis que pasará a la historia de
este deporte, y que abre, definitivamente, la puerta mítica ya de los enfrentamientos
Nadal-Djokovic.
Impresionante nivel el que sigue mostrando el
actual número dos Novak Djokovic en los primeros torneos de la temporada. Ya
van tres de tres ganados y sigue sin dar sensación de flaqueza o de debilidad.
Ayer, su víctima en la final, volvió a ser por segunda vez consecutiva el
número uno del Mundo, Rafa Nadal, que tuvo al serbio contra las cuerdas pero
que no pudo culminar la machada.
El partido estuvo marcado por la igualdad, con
un primer set en el que Rafa Nadal salió más concentrado y marcando los tiempos
del partido, mientras que a su rival le costó encontrar su juego y terminó
cediendo por 6-4.
Ya en el segundo set, la historia cambiaría, y sería Djokovic el
que, con un saque muy firme y un resto excelente, rompiera las opciones de Rafa
de terminar el partido antes de tiempo. El manacorí trató de aguantar las embestidas
de su rival que, desde la línea de fondo, devolvía cada bola y aguantaba el
ritmo de maravilla, imponiéndose por 3-6.
Y fue un tercer set extremadamente igualado. En la pista se
mascaba la tensión y los nervios, ninguno de los tenistas daba su brazo a
torcer, ni parecía titubear, mostrando un tenis arriesgado y de altísima
calidad. El tenista español se puso por delante y
llegó a tener el partido en su mano, 6-5 y 15-30 a su favor, a un sólo punto
del 'Punto de partido', el serbio nuevamente tiró de fortaleza mental, a pesar
de parecer hundido, y de un estado físico impresionante, para forzar el 6-6 y
el correspondiente tie break en el que debía decidirse todo.
Y en este tramo final, un Nadal quizá algo desconcentrado, cometió
fallos que no suele cometer, como una doble falta de saque, la sexta que hacía
en todo el partido, y el serbio no titubeó, y se llevó el partido en tres horas
y veintiún minutos, y su cuarto torneo consecutivo, y le dejaba a Nadal sin
este trofeo que aún no ha ganado, y que seguirá siendo una de sus cuentas
pendientes.
Con esta nueva victoria el serbio lleva 24 seguidas
en competición oficial, y gana el cuarto torneo consecutivo. Y parece que no
hay nada que lo detenga. Quedan muchos torneos por delante para que el serbio
siga su carrera imbatible. Se confirma por tanto que la final de los próximos
años ha llegado y que nos dará, seguro, grandes momentos para el recuerdo.
Sandra Sanz Haya
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