Esther Vergeer, la tenista parapléjica holandesa, fue invitada al Open de Valencia que se adjudicó David Ferrer
A los ocho años le cambió la vida. Una operación quirúrgica acompañada de un error médico postró en una silla de ruedas a Esther Vergeer, de origen holandés (18 de julio de 1981). Los galenos confundieron las venas que tenía la joven cerca de la espina dorsal y las consecuencias fueron fatales. Sin embargo, al salir del quirófano, aquella niña comenzó a escribir sus primeros días como deportista de élite.
Comenzó su carrera deportiva con el deporte de la canasta, con quién logró ser Campeona de Europa en 1998. Molestias, lesiones y problemas físicos le hicieron cambiar de plantel y el tenis cobró protagonismo en la vida de Esther. De la mano de Aad Zwaan, entrenador de tenistas en sillas de ruedas, empezó a trabajar con ella. "Este deporte es una oportunidad. Cuando quedas en una silla de rueda puedes quedarte mirando por la ventana cómo crecen los tulipanes o hacer algo con tu vida", esgrime la tenista.
El ejemplo de superación de Vergeer traspasa las fronteras de la lección social. La ambición, acompañada por una carga de trabajo descomunal a la semana, ha dotado a la deportista de un palmarés inigualable, ridiculizando el currículo de ciertos deportistas que carecen de los verdaderos valores del mundo del deporte. La tenista ha ejercido un dominio en su disciplina mayor que ningún otro deportista en las últimas décadas: ha perdido un partido en los últimos ocho años, colecciona 252 torneos seniors, fue capaz de ganar 250 sets consecutivos entre agosto de 2004 y octubre de 2006, y en septiembre de 2008 sumó su 359 victoria consecutiva para colgarse el oro en tenis en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos de Pekín. Acumula casi 400 encuentros sin perder y con el de Pekín es el quinto oro en los Juegos Paralímpicos en la modalidad de tenis en silla de ruedas. Es la actual campeona del mundo desde 1998 y fue elegida deportista discapacitada del año en cuatro ocasiones. Como otros galardones, también ha ganado el premio Laureus World Sports en 2002 y 2008.
La tenista fue invitada al Open Valencia, que finalizó hace semanas y que se adjudicó el español David Ferrer, donde disputó encuentros. Aprovechando su participación, intervino de cara a los medios de comunicación para regalar varias frases realmente moralizantes. "Ahora mismo, quitando subir escaleras o lanzarme en trampolín, puedo hacerlo todo. "Echo de menos el espíritu de equipo del baloncesto, pero me gusta el deporte individual porque soy responsable de todo lo que hago", apuntó la deportista, que regaló la gran dimensión del deporte, una escuela de disciplina y de superación, de integración y de tenacidad.
Fuera de lo deportivo, Vergeer también desempeña diversas funciones como embajadora a través de la fundación que lleva su nombre y estimula a la participación deportiva de los jóvenes con discapacidad. Es también directora de tenis en silla de ruedas del torneo ABNAmro en Rotterdam. Y entre sus curiosidades, destaca que también tuvo tiempo para licenciarse en las carreras de Derecho y Económicas en su país natal.
Juan Tapiador
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