jueves, 19 de abril de 2012

Lágrimas de un campeón

Djokovic estaba entrenando para su partido de octavos de final en el Masters 1000 de Montecarlo cuando se enteró de una durísima noticia: la muerte de su abuelo Wladimir, aquel con el que recibió el trofeo de Wimbledon el año pasado.

Hace menos de un mes, tras ganar el Masters 1000 de Miami, Djokovic le dedicó el título a su abuelo, porque era su “héroe” y su “guerrero”. “Porque siempre me transmite energía positiva. Me ha enseñado desde chico la capacidad de nunca darse por vencido. Por esto, Miami es todo tuyo”, la había dicho.

Desde Punto de Partido queremos trasmitirle a él y a su familia nuestro más sentido pésame

Sandra Sanz Haya

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